Notas para un comentario sobre la obra de Jorge Scrimaglio (3a parte)
Revista X -Revista de la Facultad de Arquitectura de Mar del Plata (1) 131–138, Mar del Plata, 2008

Jorge Scrimaglio trabaja sus temas arquitectónicos en forma dialéctica. Por un lado, como un clásico fuera del tiempo, busca la verdad mediante el examen crítico de su propio pensamiento y acción. Por otro lado, como un moderno consciente de su lugar en la historia, procede desplegando tesis y antítesis, para resolver finalmente la contradicción a través de una síntesis final.
Permítanme exagerar y decir que la historia del muro de Calle Lavalle, sus transiciones y transformaciones durante 20 años y su transposición final en estructura espacial total en la Casa Siri, es una demostración arquitectónica de la tesis dialéctica Hegeliana. (Hegel nos dice que todas las cosas son contradictorias en sí mismas y que esto es esencial. Mientras que la identidad es la determinación de lo inmediato y estático, la contradicción es la raíz de todo movimiento. La imaginación mundana descubre la identidad y la diferencia pero no la transición de lo uno a lo otro. Para seguir a Scrimaglio tenemos que descubrir su pensamiento en acción, tenemos que descubrir el momento de inversión dialéctica, aquel momento donde lo uno se convierte en lo otro.)

En la Casa Siri, obra comenzada en 1990 y aún incompleta, Scrimaglio invierte finalmente el sistema que puso en juego en Calle Lavalle; y, gracias a una hibridación con técnicas constructivas del hormigón armado, hace desaparecer el muro de ladrillos para transformarlo en pura estructura espacial. La operación formal que en calle Lavalle convertía un ladrillo en su ausencia, es decir una operación de inversión, es utilizada aquí para transformar todo el sistema. Lo que en calle Lavalle era vacío será entendido ahora como lleno. Inmediatamente después, se produce otra operación, esta vez de rotación: lo que antes funcionaba en forma perpendicular al muro trabajará esta vez siguiendo el eje: será su centro de gravedad, tanto en plano vertical como en plano horizontal.

El ladrillo conforma, junto al hormigón y las barras de acero interiores, un sistema de columnas y vigas entramadas en estructura espacial abierta. La proliferación lógica del módulo configura constructivamente una verdadera trama espacial, un sistema espacial abstracto.

Se ha suprimido el volumen, no hay contorno, la obra es puro espacio. La pared ha desaparecido y se ha llevado el techo con ella. En la Casa Siri, el de Scrimaglio es un pensamiento sistemático que se desenvuelve y avanza. La operación lógica guía los pasos del arquitecto creando algunos momentos articulados y otros cuidadosamente fragmentarios e inconclusos.

Como bien lo ha indicado Claudio Vekstein (Revista 041–1, 1997) el sistema en juego en la conformación de la Casa Siri se extiende hasta el limite lógico de la operación sobre el material, con la paradoja de llegar, por medio de una abstracción constructiva procedimental, a anular cualquier posible sentido, para convertirse así en pura maquina expresiva.
Siguiendo la lógica del sistema material hasta el extremo, Scrimaglio produce un salto conceptual al vacío. Las reglas mismas, que sigue con tanta obstinación, lo arrojan a otro mundo. Vemos en este accionar una imaginación espacial y tectónica entramada en un oficio arquitectónico, que es tanto conceptual como material. Scrimaglio nos demuestra un pensar arquitectónico en acción, con extremo rigor disciplinar y máxima libertad creativa.
Ultimo Fragmento
¿Conocerá el arquitecto Scrimaglio la obra del escultor norteamericano Sol Lewitt? Algo de los procedimientos lógicos utilizados en su práctica proyectual nos recuerdan las extraordinarias estructuras de las 122 Variaciones de Cubos Abiertos Incompletos (1974), maravillosos mecanismos de descomposición al absurdo de la estructura racional modular. Máquinas incomprensibles, pensamiento lógico descarrilado, desconectado ya de la razón, resultado puro de su lógica interna.
“Las ideas irracionales deben seguirse absoluta y lógicamente”. Sol LeWitt dijo esto desde su postura minimalista conceptual, pero bien podría haber sido Salvador Dalí explicando su Pensamiento Paranoico Crítico surrealista. La distinción al fin no importa: estamos hablando de llegar al borde, al límite de la idea racional. Casi más allá del límite.