La obra de Pantarotto

Juan Manuel Rois
3 min readSep 7, 2021

041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (2): 33, Rosario,
Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 1999

Sindicato Luz y Fuerza, 1964, Rosario. Augusto Pantarotto y Hermes Sosa. Fotografía: Gustavo Frittegotto

Nuestra generación ha conocido la obra de Pantarotto recorriendo la ciudad, descubriendo sus edificios poco a poco. Como estudiantes de arquitectura, demorados en la facultad en prejuicios ideológicos o formales, nos sorprende una manera estrictamente arquitectónica de resolver problemas. No estamos hablando de respuestas profesionalistas, Pantarotto supera la pregunta funcional o racionalista, su forma de proyectar descansa en cuestiones fenomenológicas. Alguna vez nos ha dicho que el arquitecto debe imaginar lugares y espacios, para luego recorrerlos y sentirlos; sólo después los dibujará: la mano traducirá imágenes previas.

En sus edificios vemos como su claridad para trabajar la geometría y su sensibilidad del lugar producen formas y volúmenes entramados con precisión en el paisaje urbano. Su comprensión de la escala y su compromiso con la ciudad hacen que sus edificios se presenten como por sorpresa, desde ángulos impensados. Objetos unitarios que marcan su lugar, pero que ofrecen pistas, posibilidades de continuidad, de imaginación, de transgresión. Edificios macizos, que llegan al piso con peso, utilizando recorridos para socavar la masa, desarmando, desarticulando, buscando lugares y encuentros.

Sindicato Luz y Fuerza, 1964, Rosario. Augusto Pantarotto y Hermes Sosa. Fotografía: Gustavo Frittegotto

Con su conocimiento e intuición para moldear con riqueza plástica los materiales con texturas y sombras, para agruparlos y superponerlos en colores y calidades, Pantarotto define espacios que nos interesan por su densidad, por su intensidad. Todo parece ser posibilidad de forma para el arquitecto; lo imaginamos en su tablero proponiendo cielorrasos, pisos, escaleras, carpinterías, barandas, manijas. Esta voluntad de forma siempre será guiada por su inteligencia y sentido común, que lo hacen nombrar con claridad los problemas para resolverlos con rapidez.

Sindicato Luz y Fuerza, 1964, Rosario. Augusto Pantarotto y Hermes Sosa. Fotografía: Gustavo Frittegotto

A Pantarotto le interesa la enseñanza. Nos ha recomendado mirar arquitectura, mirar la ciudad. Las imágenes recolectadas funcionarán como colección sobre la cual trabajar. Debemos ser desprejuiciados, pero atentos y críticos. La indagación debe avanzar sobre nuestra propia forma de operar. Sólo en un trabajo, en obsesión consciente, podremos ir construyendo nuestro lugar en la disciplina. (Casi como una broma ha dicho que él ha ido perdiendo a Le Corbusier en el camino para concentrarse en sus obsesiones propias)

A pesar de no ser actualmente profesor en nuestra facultad, lo reconocemos como maestro. Lo hemos mirado, lo hemos estudiado. Está en nosotros señalar a un próximo estudiante algún edificio de Pantarotto en la ciudad.

Juan Manuel Rois, 1999.

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