Diario de un Consejero: 2. Sesiones

Juan Manuel Rois
3 min readAug 11, 2022

[en línea]. Diario de un Consejero. 8 de Mayo de 2015.

Segunda sesión. En realidad esta no fue la Sesión 02, fue la 74. Me explico:
Esto fue un híbrido entre el nuevo y el viejo consejo, todos los nuevos consejeros más el ejecutivo todavía en gestión, decano y secretarios. Los nuevos decanos de la universidad recién asumirán el 19 de Mayo, así que esta fue la última sesión presidida por Isabel, que leyó su propia renuncia por jubilación a su cargo docente con el mismo tono con el que leyó todo lo demás. Próximo decano y vicedecana estaban sentados a la mesa como consejeros, todavía entre nosotros, los mortales.

Soy muy buen consejero: ya tengo dos propuestas para mejorar el funcionamiento, y ahorrarnos tiempo y plata:
1/ Que contratemos a un locutor nacional certificado como decano.
2/ Que cambiemos el nombre del Consejo Directivo a “Comisión Académica”.

1/
Después de mi primera sesión de consejo caigo en cuenta que el principal trabajo del decano es leer en voz alta una pila de documentos que desde mi punto de vista en la mesa le tapan la cara. Tiene que leerlos de principio a fin, número de expediente e incisos varios incluidos y todo es de una locura tan surreal difícil de entender en el año del señor 2015. Propongo algunas alternativas: a/ mandar los documentos –que son archivos digitales antes de ser papel impreso- por mail a los consejeros y aprobarlos sin más trámite en la sesión, b/ proveer a cada consejero con un Ipad y hojear los pdf’s en la sesión y aprobarlos o rechazarlos deslizando el dedo a la izquierda por no, deslizando el dedo hacia la derecha por sí. Si no pudiéramos hacer estos cambios reglamentarios, sugiero que contratemos a Lotuf o a la Dibert que tienen la dicción y la voz adecuada a la labor de leer sin solución de continuidad documentos que llegan desde el fin de los tiempos. Los Virreyes de las Colonias del Imperio Español tenían el mismo trabajo, se los elegía porque sabían leer en voz alta.

2/
Casi todos los expedientes leídos por la decana (un 90%) pasaron para su tratamiento a la comisión académica, un lugar evidentemente mucho más importante que el consejo, que viene a ser algo así como el trámite que hay que hacer con los expedientes antes de mandarlos ahí. Como la comisión se reúne cada 15 días, alternadamente a las reuniones de consejo, propongo que nos reunamos SOLO como comisión académica, así nos ahorramos la mitad de las reuniones o duplicamos nuestra capacidad de trabajo. En estos cuatro años en la facultad, hasta ahora no he concurrido a ninguna reunión en la que se haya decidido algo. O todo estaba ya decidido en una reunión anterior o todo se iba a decidir en una reunión posterior; reuniones a las que por supuesto yo no estaba invitado. Mezcla perfecta entre Kafka y Foucault, un panóptico burocrático donde siempre hay otra persona que detenta el poder de decisión, sólo que nunca estamos seguros de quién es o donde está. Aparentemente esa persona está ahora en la Comisión Académica.

1 y 2/
En el mar de expedientes leídos en voz alta y pasados a Comisión, seguro había alguno importante. Tal vez hubo alguno crucial. Pero fue difícil saberlo, las estrategias de camuflaje fueron extremadamente eficientes.

(2015)

Sign up to discover human stories that deepen your understanding of the world.

Free

Distraction-free reading. No ads.

Organize your knowledge with lists and highlights.

Tell your story. Find your audience.

Membership

Read member-only stories

Support writers you read most

Earn money for your writing

Listen to audio narrations

Read offline with the Medium app

No responses yet

Write a response