Diario de un Consejero: 11. Lógicas de Narración Dispersa

Juan Manuel Rois
5 min readAug 30, 2022

[en línea]. Diario de un Consejero. 8 de Agosto de 2015

La última sesión antes del receso terminó en escándalo, la primera después del receso fue un desorden. Tuve la sensación de estar en medio de un capítulo de las últimas temporadas de Lost, esas en la que ya no se entendía nada. Me dio a pensar que tipo de lógica narrativa está siguiendo el que escribe todo este guion.

En la narrativa clásica hollywoodense se cumple un arco narrativo incuestionable: se presenta una situación idílica (los primeros 5 minutos), se introduce un conflicto que rompe ese idilio (los próximos 10 minutos) y se trabaja todo el resto del tiempo para finalmente recomponer la situación idílica inicial (que refuerza generalmente los atributos más conservadores de la sociedad capitalista norteamericana). Las primeras series de televisión tomaron ese modelo, repitiéndolo al infinito: cada capítulo era una pequeña película que abría y cerraba un arco narrativo por vez, trabajando en base a la repetición. (Esto en las comedias es obvio: son siempre los mismos chistes, las mismas situaciones que retrotraen a la visión original y reconfortan). Las telenovelas introdujeron la lógica de la literatura por entregas del siglo XIX (el folletín) y lo adaptaron a los tiempos televisivos, con meses para desarrollar el arco narrativo, lo que permite la introducción de líneas narrativas paralelas. Se abren varios conflictos y se los desarrolla en paralelo, se juega con su cruce, dilatación, aceleración, inversión, etc. Se estira hasta cuando ya no da más: ahí es cuando aparece el primo apuesto, el hijo negado, el muerto resucitado: la novela necesita incluir nuevas líneas argumentales, líneas que no fueron pensadas desde el inicio. Pero hay una regla de oro en esta lógica las líneas narrativas paralelas: en algún momento hay que cerrarlas. Tal vez en la última semana, cuando en cada episodio se va cerrando una por una. Al final, cerramos la historia de forma más o menos “coherente”. En definitiva, largo, tortuoso y paralelo, pero clásico al fin: todo cierra, los conflictos se resuelven, se vuelve a la situación idílica del inicio, mejorada. Pero algo nuevo está pasando últimamente en televisión: la lógica narrativa dispersa propuesta por las series contemporáneas coloca en el centro del mainstream una estrategia narrativa que antes sólo se exploraba en la cinematografía experimental: la de arcos narrativos que no necesitan resolución. No se elimina el conflicto, que sigue siendo el disparador del suspenso, se diluye la necesidad de su resolución. Por su multiplicación casi al absurdo, los conflictos, al acumularse sin resolución, diluyen su importancia como motor del suspenso. A veces miramos Lost, Breaking Bad o Mad Men simplemente para estar un rato más con los personajes, para compartir su suspensión en el tiempo, nos instalamos con ellos en su acumulación de conflictos sin resolución. En estos seriales, durante 6 o 7 temporadas, se abren cada vez más líneas argumentales, sin necesidad de cerrarlas o incluso sin el peso de la “coherencia” con otras líneas argumentales trabajadas antes o después. Lost fue el exponente máximo de esto, al punto que al final ni los guionistas tuvieron en claro que pasaba.

Así estamos hoy en el consejo directivo de la FAPyD. Sin dar pie con bola. El género es lo único que tenemos en claro: es comedia costumbrista, sainete ridículo, farsa surrealista.

Ayer el desorden fue de forma y contenido. Fue un capítulo mal armado. Nuevas historias se acumularon sin presentación, se trajeron a colación historias ya terminadas, se resucitaron muertos, aparecieron primos desconocidos, herederos que reclaman lo suyo. Denuncias realizadas con sonrisas y tomadas como si nada por receptores fundados en acero inoxidable.

La idea de presentar un conflicto es que conflictúen a los personajes! Incluso Don Draper se arrepiente de vez en cuando. Si todos los personajes son como Asterix, al que no se le mueve nunca un pelo porque sabe que tiene la poción mágica, todo se vuelve aburrido. Hay que ser un genio como Gozcinny para sacarle humor y suspenso a la invulnerabilidad. El consejo es puro desorden sin conflicto, ni resolución, ni tensión. Da la impresión que nada importa.

Hago un recuento de lo que pasó: No se aprobó al acta número dos, acumulamos ya un atraso de cuatro actas; se fueron algunos consejeros de licencia, entraron otros; vino una alumna a pedir algo, se lo dimos, se fue; vino la chica del bar, le pedimos cosas, se fue; el decano leyó un montón de documentos, menos uno que presenté yo, me puse celoso, lo leyó; antes de leerlo los consejeros se rieron de mi pedido, una vez que el decano leyó el documento no se rieron más; chicanas cruzadas varias en varias direcciones, un consejero pide proyectores y computadoras fijas en algunas aulas, otro consejero le contesta que mejor es que saque las maquetas que su cátedra acumula en esas aulas hace años; un consejero trae su propio registro de una de las únicas actas aprobadas y pide una corrección porque un pedido de disculpas de un consejero a otro no había quedado documentada; el mismo consejero pide que se publiquen todos los nombres de los subsecretarios en la web de la facultad porque la administración solo publica los secretarios y en las últimas semana han creado cargos duplicando la ya sobrecargada burocracia que nos administra (y la plata para esos cargos de donde sale?); el presidente del colegio de arquitectos mandó una carta denunciando una situación con una maestría que a su entender socava el grado; se le pidieron un montón de informes al decano, que con buena voluntad se comprometió a darlos; declaré mi amor incondicional a los chicos de mesa de entradas pero igual reclamé por un expediente extraviado hace ya un mes, aparentemente en la mesa del decano; tuve que explicar porqué me rechacé a mi mismo en un despacho de comisión; los consejeros estudiantiles de Área pidieron que se anule y repita una votación de hace unas semanas que consideraron anti-reglamentaria porque los consejeros estudiantes de Franja no se abstuvieron, aún a pesar de estar personalmente involucrados en lo que se votaba, incluso pidieron que un co-sanguíneo de primer grado consejero docente también se abstenga; se maltrató a la asesora letrada, se la mimó un poco después de ser maltratada. Todo eso y más, en una sola sesión.

Esperemos que el próximo capítulo sea de esos de relleno, en los que no pasa mucho y los guionistas usan para “desarrollar” a los personajes.

(2015)

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