Chicago: Laboratorio Abierto
En: SOTOCA, Adolf, AQUILÉ, Inés, PORTILLO, Cristina (Ed.). El Carmel, after the city = El Carmel, després de la ciutat Ediciones ETSAB, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, 2010, pp. 26–27
Alimentada por la destrucción creativa de la expansión del capitalismo, la ciudad estadounidense es un laboratorio abierto para la innovación urbana que no se adapta a la dicotomía entre desarrollo formal e informal: la retícula lo acepta todo. La retícula de Jefferson, creada por la Ley de Ordenamiento Territorial de 1785, es el primer sistema abstracto de organización territorial aplicado a escala geográfica. El principio organizador de la expansión hacia el oeste especificaba cómo se poseerían, explotarían y venderían las tierras: se dividía el territorio al oeste del río Ohio en secciones de 1 milla cuadrada. Chicago está profundamente embebida en este patrón ortogonal: la estructura urbana de la ciudad es la continuación lógica de la subdivisión del territorio; su ubicación, la consecuencia de un permiso de subdivisión de tierras relacionado con la construcción de un canal que conectaría el lago Michigan con el río Mississippi.
Chicago, en esos años de capitalismo desatado, provocó un frenesí inmobiliario y se convirtió en la ciudad de más rápido crecimiento en el mundo entre los años 1850 y 1870. Fue aquí donde se inventó el Balloon Frame: el sistema de construcción de madera ligera que conquistó el oeste.
Esta ciudad salvaje de madera se destruiría hasta las cenizas en el Gran Incendio de 1871. Los esfuerzos de reconstrucción, la industrialización, los nuevos códigos contra incendio y la presión del mercado inmobiliario crearon el Chicago Frame, una solución patentada por la industria del seguro para un sistema estructural de acero a prueba de incendios, revestido de hormigón y piezas cerámicas. Adoptado por los pragmáticos arquitectos locales (Louis Sullivan entre ellos), el sistema dio luz a la Escuela de Chicago y, en consecuencia, a la Arquitectura Moderna. La industrialización posterior a la Segunda Guerra Mundial lleva el acero y el vidrio a niveles de producción masiva, la síntesis refinada de Mies van der Rohe (y luego SOM) proponen entonces la nueva y elegante imagen del capitalismo corporativo global.
La Chicago de hoy, cuna del neoliberalismo fanático de los Chicago Boys y del Mercado a Futuro, ha pasado de la producción a los servicios financieros especulativos. Reinventándose a sí misma como economía “post-industrial”, Chicago eludió el destino de decadencia económica de otras ciudades del Midwest. Si bien el término “desindustrialización” se acuñó para describir este proceso de cambio, no deberíamos inferir solamente connotaciones negativas. La ciudad que generó la fantasía del Garden City y creó el primer suburbio propiamente dicho (Riverside, diseñado y construido en 1868 por Frederick Law Olmsted), controla ahora un área metropolitana en crecimiento. La rápida urbanización horizontal de la expansión suburbana acomoda los requisitos infraestructurales de la economía de servicios que la densa trama urbana no puede ajustar.
Después de todos estos años, todavía un laboratorio válido para la innovación urbana, así es “The Chicago Way”.
Juan Manuel Rois, 2010