Alabama Songs: Visita al Rural Studio (6a parte)
[en línea] Revista Astrágalo. Cultura de la Arquitectura y la Ciudad (UAI-CAEAU) Vol. 22, Julio 2017, pp. 39–59.

Morrisette
El Martes Xavier sale temprano y nosotros descansamos. Xavier vuelve a buscarnos con el auto del Rural Studio y nuevamente estamos en la ruta a Newbern (al final del viaje habremos hecho 1000 kilómetros). Llegamos directamente a Morriset, donde está todo listo para el almuerzo colectivo. Los Martes, Miércoles y Jueves, alumnos, docentes y staff almuerzan y cenan juntos, comidas preparadas por el equipo de cocina con ingredientes locales y de la huerta a cargo de Tim, el jardinero oficial del Rural Studio Farm.
Explico que es Morrisett. El Rural Studio comienza sus actividades hace mas de veinte años en esta propiedad rural donada a la Universidad, en las afueras de Newbern, sobre la Highway 61. Una casona de madera en un lote rural generoso, de unos 100 metros de frente por unos 200 de fondo. Antes todo pasaba acá, ahora las clases se imparten en el Red Barn, en el Main Street de Newbern. Aquí están las oficinas de administración, la cocina colectiva, la cocina profesional, la huerta, la granja, y las viviendas temporales de los alumnos de tercero. Hoy Martes todo está en movimiento, porque los contratistas están moviendo tierra y grava para dejar lista la primer fase del proyecto de renovación de las lógicas de ingreso al predio que se inaugura el próximo Sábado, junto con el gran techo que están tratando de terminar contra-reloj alguno de los alumnos que almuerzan (tan tranquilamente) hoy con nosotros.
En Morrisett se puede apreciar la maduración arquitectónica del proyecto educativo, un palimpsesto de las posturas pedagógicas y disciplinares de las tres etapas del proyecto (no es casualidad que hayan salido tres libros del Rural Studio): la etapa inicial Mockbee, la etapa de transición y la etapa madura.
De la etapa inicial quedan como registro las casas habitación de los alumnos (las llaman Pods). En el rincón derecho al fondo, bajo un gran techo porche (de carácter agreste y vernáculo, madera cruda, troncos torcidos) que funciona como colector, se acomodan, juntas y cada una como puede, estas casitas individuales, cada una construida con un estilo hippie-freak ad-hoc. Experimentaciones libres, tanto en forma como en material, que toman todas las licencias posibles, en cuanto a gustos, calidades constructiva, lógicas de terminación (en realidad no parecen terminadas). Esta es la arquitectura que hizo famoso al Rural Studio en un primer momento, algo que los emparentó con las lógicas de experimentación (de autogestión-poética-libre-constructiva) de experiencias como Paolo Soleri o Ciudad Abierta de Ritoque, con aires de la deconstrucción tan en boga en aquel momento. La escala individual quedaba determinada por el corto tiempo de realización, (cuatro meses entre pensamiento y construcción) y los bajos recursos disponibles en aquellos primeros momentos. La filosofía del do-it-yourself (DIY) por arriba de cualquier coordinación entre los esfuerzos, el resultado, una simple acumulación cronológica de los esfuerzos de cada grupo de trabajo.
El momento de transición lo entiendo cuando Xavier nos cuenta el verdadero significado de las extensiones que vemos en la parte trasera de la casa. Lo que había sido una suma de agregados construidos a lo largo del tiempo ha sido homogeneizado por una estrategia de piel de madera continua realizada como proyecto de tercer año por una sola alumna, que luego de clasificar los restos de madera acumuladas en los depósitos, utilizó los distintos tipos en franjas alternadas en esta nueva piel. Es claro que en la etapa de transición el elemento de continuidad que intentó organizar los esfuerzos colectivos fue el equipo docente.
Entendiendo la continuidad de los proyectos en el tiempo, las estrategias proyectuales propuestas por los docentes intentaron mantener una línea de actuación que dotara de coherencia a las intervenciones. En Morrisette, las intervenciones intersticiales y la nueva piel homogeneiza varias intervenciones: la primer extensión de la cocina (hoy la cocina de los alumnos), el porche que comunica la cocina industrial, el bloque de servicios, el refrigerador industrial (construido por los alumnos a muy bajo costo, comprando sólo la puerta y trabajando con buena aislación), los baños (diseño interior con los restos de la madera de la biblioteca de Newbern), el depósito fresco (con refrigeración natural de captación subterránea), todo articulado con el gran techo/porche donde comemos este mediodía, al fresco y con vistas a los puntos cardinales del sitio y del proyecto educativo.
Completando esta piel de madera, unos escalones arman la continuidad con el jardín, dando vuelta el frente de la casa, respondiendo al nuevo master plan de Morrisett. Caminado ayer a la tarde recorriendo el jardín, pudimos ver desde atrás como esta nueva continuidad material y este nuevo bloque de líneas largas dan la escala arquitectónica necesaria en este gran lote rural. Xavier me confirma que todo esto ha sido construido por los alumnos de tercer año, sus alumnos. Se ve claramente su visión arquitectónica unificando estéticamente los esfuerzos individuales.
El momento actual, el momento de maduración del proyecto educativo está marcado por los dos grandes proyectos en marcha: el enorme invernadero a un costado del terreno y el enorme techo de la superficie de trabajo para mock-ups al otro costado. Proyectos edilicios de gran escala que no pueden ser llevados adelante por un solo equipo de cuatro alumnos (ni aún con su esfuerzo desmesurado) y que necesitan de un plan maestro que articule su desarrollo en el tiempo. Ese plan maestro también es un esfuerzo colectivo, construido en base a la participación activa de todos los miembros de la comunidad del Rural Studio: el ambicioso proyecto de Rural Studio Farm, tal vez el más radical y ambicioso de todos los proyectos a la fecha. Al darse cuenta que los alumnos de tercer año viviendo en Morrisett (aún hoy en los pods hippies) no tenían ofertas para comer y que fatalmente terminaban comprando en el Mac Donald’s de Greensboro, el Rural Studio Farm comienza como un intento de ofrecer comida sana a los alumnos. Ese primer impulso termina en un master-plan ambicioso que utilizará toda la parte delantera del terreno (a la vista de la comunidad y con mejor sol) para una enorme huerta (el proyecto triplicará el espacio utilizado en estos momentos), seguirá por detrás de la casa en un bosque de árboles frutales en permacultura y terminará en el enorme invernadero trabando con agua de lluvia recogida en los mismos tanques donados para el PlayScape del Lions Park, reciclada y circulada en base a energía eléctrica generada por paneles fotovoltaicos (el edificio, hoy ya con sus vidrios puestos).
Rural Studio Farm producirá comida que llegará a la comunidad rural vecina y educará sobre las posibilidades de cultivar la comida propia. (En esta zona rural se da la paradoja de la inexistencia de huertas y del uso del supermercado como única alternativa para acceder comida procesada; un food-desert, en medio del campo). Resultado de este ambicioso proyecto, los cambios de ingreso en plena construcción para la inauguración del Sábado.
Hoy (2022) la Casa Morrisette está rodeada de una gran huerta orgánica, está franqueada por el gran techo del taller de maquetas escala 1:1 y el gran invernadero lleno de plantas, en plena reconstrucción colectiva de la fábrica social, edilicia y ecológica de lo destruido por la ignorancia, la codicia y la discriminación.
(continúa)