Alabama Songs: Visita al Rural Studio (1a parte)

Juan Manuel Rois
5 min readJul 18, 2022

[en línea] Revista Astrágalo. Cultura de la Arquitectura y la Ciudad (UAI-CAEAU) Vol. 22, Julio 2017, pp. 39–59

Torre de observación en Parque Perry Lakes Park. Rural Studio. Imagen por Timothy Hursley

La misión de una buena escuela de Arquitectura es cambiar el mundo.
Pero uno empieza a cambiar el mundo por casa.

En este ultimo siglo han existido grandes experiencias pedagógicas en Arquitectura, la Bauhaus en la Alemania de entre-guerras intentó construir una comunidad educativa autosuficiente con programas interdisciplinarios entre artes plásticas, arquitectura y diseño industrial para crear al diseñador que respondiera a las nuevas condiciones de producción del capitalismo moderno. Unos años después, en los Estados Unidos de la temprana posguerra, aunque no estrictamente una escuela de arquitectura si no de artes liberales, el Black Mountain College, insistió en las características de comunidad educativa autosuficiente en entorno rural y en la interdisciplinariedad de las instancias de diseño; el aislamiento geográfico respondía al intento de apartarse de las condiciones políticas y sociales del contexto, para conseguir la modernidad radical de la abstracción plástica buscada. Más recientemente, han existido intentos por activar una aproximación directa del alumno de arquitectura a la construcción de sus proyectos; los intentos van desde experimentaciones materiales abstractas (Ciudad Abierta) hasta viviendas prefabricadas de calidad de mercado (Studio 804). En otras múltiples ocasiones, y a lo largo del planeta, tanto el compromiso social académico como los intentos participativos con la comunidad han creado experiencias interesantes desde lo pedagógico y formativo. Ya fuera de las escuelas de arquitectura, hay muchas organizaciones sin fines de lucro, que desde la arquitectura intentan dar respuesta a los problemas relacionados con el hábitat, pero siempre con un gran déficit desde lo disciplinar o arquitectónico. Cuesta mucho encontrar algún otro ejemplo en la historia de las escuelas de arquitectura de un balance tan preciso entre compromiso social, design-built (construir lo proyectado) y calidad arquitectónica como la que ha conseguido, en sus más de veinte años de historia el Rural Studio en Hale County, Alabama.

Alabama es el segundo estado más pobre de Estados Unidos, y Hale County es el condado más pobre de Alabama, con más de treinta por ciento de la población bajo los niveles de pobreza y altos niveles de desocupación. Aquí, lo que antes fuera parte del cinturón agrícola Black Belt (por la capa superficial de rica tierra negra) y uno de los condados más ricos del país antes que el monocultivo intensivo del algodón destruyera la riqueza del suelo, hoy está lleno de piletones artificiales que, funcionando como criaderos de CatFish, perforan los bosques que rodean las poblaciones más o menos dispersas de la región. Sam Mockbee conocía muy bien el territorio que eligió para fundar su proyecto educativo, su interés era hacerles conocer a sus alumnos las circunstancias del entorno para encender en ellos la inquietud de su transformación. Algo que él llamó la formación de ciudadanos arquitectos.

Hace dos días que recorremos alguna de las más de 150 obras construidas por los alumnos del Rural Studio aquí en Hale County y alrededores. Un fin de semana intenso de recorridas. Intento hacer un balance de lo visto: más de la mitad de las veinte Casas 20K, la guardería de perros, las intervenciones en el parque Perry Lakes (baños públicos, un puente, una torre de observación), edificios públicos en Newbern (la estación de bomberos, la biblioteca, la municipalidad), centros de apoyo infantil en Akron y Greensboro, el parque Lions Park y sus proyectos (Playground, el Skatepark, la sede de los Boy-Scouts), el patio del Hospital de Greensboro y el memorial a Mockbee, el hermoso SubRose Pantheon. De estos edificios e intervenciones construidas sorprende no sólo su calidad arquitectónica y su rigor disciplinar, sorprende además su calidad constructiva. Algo que se vuelve mas sorprendente aún al saber que estas obras han sido construidas por grupos de trabajo conformados por sólo cuatro alumnos. El compromiso de los arquitectos ciudadanos incluye quedarse, después de finalizar sus estudios curriculares, a construir lo diseñado durante el cursado. Cuatro personas, trabajando colectivamente desde los primeros intentos de diseño conceptual hasta el día de la inauguración de la obra; en algunos casos casi tres años después del inicio del proyecto. El Sábado que viene se inaugura la última obra construida, las zonas de pérgolas en el Lions Park, las herramientas todavía en el lugar y un equipo de trabajo ausente, todos en la boda de uno de sus compañeros.

Es fin de semana, aún no hemos visto a la escuela en movimiento, pero ya visitamos la Casa Morrisett (entreviendo la vida comunitaria de los alumnos, que almuerzan y cenan juntos, comidas preparadas mayoritariamente con ingredientes locales y de su granja) y pasamos furtivamente por el Red Barn, el edificio al costado de la ruta en Newbern donde se dan las clases y trabajan los alumnos. Lunes y Martes dejaremos el auto de lado y nos concentraremos en la escuela.

La recorrida de este increíble fin de semana la hicimos guiados por Xavier Vendrell, hoy Acting Director del Rural Studio, ya con mas de diez años de involucramiento directo en más de cincuenta de sus proyectos. El lujo es tener su relato, con conocimiento íntimo de los procesos de cada proyecto y de la evolución de la escuela.

Xavier conoce el nombre de cada cliente, de cada alumno, de cada vecino, de cada organización involucrada, cada anécdota. Charlamos de la historia del Rural Studio, de sus cambios, del conocimiento territorial alcanzado en más de veinte años de trabajo, de las relaciones con los más variados colectivos locales, de las formas de financiación de los proyectos, del seguimiento del funcionamiento de las instituciones creadas por los proyectos. De todos los proyectos que vistamos, tal vez la Torre de Observación en el Perry Lakes Park sea la más impresionante.

Si fuera sólo la torre! Para llegar hay que cruzar el puente que construyeron los alumnos del año anterior! Y seguir un camino zigzagueante que te hace caminar en el aire por sobre el pantano, hasta que llegás a la torre y empezás a subir, entre las copas de los árboles, y más allá. Terminás por sobre las copas de los árboles, entendiendo el territorio. Mientras subís, o mejor, mientras bajás mirando al vértigo, imaginás que esto fue armado por sólo cuatro alumnos y no lo podés creer. La torre es una torre de observación de incendios forestales en desuso que fue comprada por un dólar. Fue desarmada por los alumnos, trasladada al sitio, re-armada y re-acondicionada con una nueva escalera para que podamos subir nosotros, los mortales. El puente cubierto también es hermoso! Y está diseñado para pescar en la sombra. Y todo es así. Hermoso.

(continúa)

Sign up to discover human stories that deepen your understanding of the world.

Free

Distraction-free reading. No ads.

Organize your knowledge with lists and highlights.

Tell your story. Find your audience.

Membership

Read member-only stories

Support writers you read most

Earn money for your writing

Listen to audio narrations

Read offline with the Medium app

No responses yet

Write a response